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3. No le hablo a mi hijo

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¿Tu peque tiene un retraso en el lenguaje y te has dado cuenta de que has dejado de hablarle? ¿Te cuesta tanto arrancarle una palabra a tu peque que has desistido? Esto tiene un nombre y se llama: indefensión aprendida. En este capítulo del podcast te digo de qué va esto y cómo volver a disfrutar de comunicarte con tu peque. 

NOTAS DEL PROGRAMA:

Episodio 3. No le hablo a mi hijo

La indefensión aprendida cuando tu hijo no habla

Hace algunas semanas me topé en redes con un tweet muy interesante sobre la indefensión aprendida. La publicación era de @nyconene. Te dejo el enlace en las notas del programa y te recomiendo que te tomes unos minutos para leerlo.

Para ejemplificarte este concepto voy a hablarte de mi vecino al que, para que continúe en el anonimato, voy a llamar Guille. Guille y yo solíamos coincidir en el rellano de la entrada del edificio de pisos en el que vivo. Cuando yo me iba a la universidad, probablemente él se iba al instituto, ya que era más joven que yo. Cuando nos cruzábamos yo siempre lo saludaba, le decía: «hola». Pero Guille nunca respondía. De verdad, no respondió ni una maldita vez. Así que dejé de ser educada y dejé de saludarlo. Simplemente me cruzaba con Guille en el rellano. Ni si quiera nos mirábamos. Era incómodo, pero aprendí a vivir con ello.

La indefensión aprendida tiene que ver con no mostrar iniciativa por la impresión de que el esfuerzo que vas a invertir no va a tener ninguna repercusión. Como en el caso de mis encuentros con Guille. Al comprobar que mi inversión de saliva diaria era en vano, simplemente dejé de decir «hola».

¿Por qué esto es tan importante para la estimulación del lenguaje?

Cuando tienes un peque con una baja intención comunicativa, los esfuerzos puestos en comunicarte con él suelen ser elevados. A menudo, las familias invertís mucha energía en arrancar una mirada o una sonrisa a un peque con un trastorno del desarrollo de la comunicación o del lenguaje. Lo que haces en los primeros meses de vida, como hablar a tu peque constantemente, hacerle cosquillas para que se ría o llamar su atención con juguetes, deja de tener sentido si tu hijo tiene un porcentaje bajo de respuesta. El coste es muy superior al beneficio y empiezas a pensar que tu acción no tiene ninguna repercusión en el desarrollo lingüístico de tu peque que, además, no habla.

Y aquí empieza el primer error. Sin saberlo, estás privando del mayor estímulo que tiene tu peque para desarrollar habilidades comunicativas: tú.

Una mamá con la que llevo más de un año trabajando, la primera vez que nos conocimos me reconoció que había dejado de hablar a su hijo. Y lo entiendo. Su hijo no hacía contacto visual con ella, no hacía demandas, se limitaba a estar en movimiento por la casa con su silla de ruedas y la familia había tenido que retirar el uso de la Tablet, porque el peque no era capaz de responder a ningún otro estímulo.

Cuando tu peque no se comunica

Los bebés son comunicativos por naturaleza, les va en ello la supervivencia. Así que es muy fácil responder a las señales de un bebé. Pero, ¿qué pasa si el bebé no busca la comunicación? Entonces, es fácil acostumbrarse a cubrir las necesidades básicas de los peques cuando hay señales evidentes de malestar y dejar de prestar atención a señales más sutiles. Total, parece que no sirve para nada. Es fácil dejar de estimular. Pero, que exista una baja intención comunicativa, no quiere decir que haya necesidad de comunicarse o signos comunicativos que estás pasando por alto.

Cuando empiezo a trabajar con un peque primero trabajo con la familia un cambio de chip. Es como cuando plantas un campo, primero hay que preparar la tierra para la siembra. Hay que oxigenarla y aportarle los minerales que necesita. El entorno de crecimiento de tu peque eres tú. Así que los primeros cambios para que tu peque mejore, vas a tener que hacerlos tú.

La indefensión aprendida es un pez que se muerde la cola. Si dejas de hablar con tu peque, porque él ha dejado de hablarte, no estimularás su desarrollo lingüístico.

Voy a seguir con el ejemplo de la mamá que había dejado de hablar con su peque. En cuanto empezaron a percibir y a interpretar las señales comunicativas que su hijo estaba realizando, encontraron numerosas oportunidades para estimular a su peque. A día de hoy, a pesar de tener una enfermedad rara y un trastorno del neurodesarrollo derivado de esta, el peque es capaz de comunicarse con su familia con la mirada, las expresiones faciales, vocalizaciones, pictogramas y palabras escritas. ¡Hace lectura global y las usa para pedir su Tablet! ¿No es maravilloso?

Para acabar

Deja que recoja y resuma lo que hemos hablado sobre indefensión aprendida.

Es normal que hayas dejado de hablar a tu peque si él no se comunica contigo de una forma muy activa. Sin embargo, para estimular su lenguaje deberás volver a conectar con él.

En el e-book gratuito que puedes descargarte suscribiéndote a la newsletter, te ayudo a volver a hablar con tu peque. A comunicarte con él de una forma estimulante y gratificante para ambos.

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